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Para elaborar un protocolo de readaptación para la rotura de ligamento cruzado anterior, apenas existen documentos centrados en la readaptación y en las tareas planificadas por el preparador físico o readaptador. La casi totalidad de los estudios investigan desde una perspectiva de la medicina deportiva (Caraffa, Cerulli, Projetti, & Aisa, 1996; Ramos et al., 2008), y no con una visión de la educación física y el deporte.

Los objetivos de nuestro estudio son:

  • Sistematizar un protocolo de readaptación para la rotura de ligamento cruzado anterior en fútbol.
  • Comprobar que el protocolo utilizado conlleva a una vuelta a la competición tras una rotura de ligamento cruzado anterior.

 

Fases de la recuperación son:

FASE I: TRATAMIENTO MÉDICO

Durante la fase de tratamiento médico, la función del preparador físico es estar en comunicación con el médico y fisioterapeuta para conocer cómo evoluciona la rehabilitación y recuperación del deportista (tono muscular, grados de movilidad que va recuperando la rodilla, etc.), y trabajar sobre el resto de grupos musculares no afectados por la lesión.

 

FASE II: REHABILITACIÓN + READAPTACIÓN

Durante esta fase de recuperación, el médico coordina el trabajo del fisioterapeuta (rehabilitación) con el del preparador físico (readaptación); y centrándonos en nuestra labor de readaptación, diferenciamos el “Nivel 2”, donde realizamos ejercicios isométricos para mantener el tono muscular, y ejercicios propioceptivos en medio acuático, para favorecer la activación articular, mediante la propiocepción, y dicha activación evita la pérdida total de estímulos kinestésicos que la inmovilidad ocasiona. Es fundamental mantener el tono muscular con la práctica selectiva del entrenamiento, para conservar el nivel de técnica anterior y mantener la condición física general, fundamentalmente sobre los sistemas de aporte energético aeróbicos en descarga (Berdejo et al., 2007). En este nivel también comienza a utilizarse el protocolo de equilibrio pélvico como carga complementaria de entrenamiento.

 

FASE III: READAPTACIÓN

En esta fase, la readaptación refuerza y acompaña el tratamiento médico. Se busca la restauración de las funciones perdidas, principalmente la readaptación fisiológica de la zona afectada a la sistemática del entrenamiento, fundamentalmente en los mecanismos específicos de la especialidad deportiva presentada para este estudio. Realizamos una planificación progresiva de las cargas de trabajo para poder gradualmente integrarse a la dinámica de esfuerzos de entrenamiento. El trabajo de fisioterapia continúa en esta fase (Berdejo et al., 2007).

 

FASE IV: VUELTA AL GRUPO

Es la última fase de recuperación. Sigue constante el trabajo de fisioterapia. Proporciona las cargas de entrenamiento, desde que el jugador vuelve al grupo hasta que el jugador alcanza el nivel de condición física del grupo o el que poseía anteriormente, para volver a competir, obteniendo un buen rendimiento individual. Esta fase debe intentar situar al jugador a nivel de posible competición inmediata. Sin embargo, para ello, debe existir una plena seguridad en la ejecución técnica e integración en la aplicación táctica, una confianza en su restauración total para la competición y una integración completa en el grupo de entrenamiento. En roturas de ligamento cruzado anterior, al estar tanto tiempo de baja en competición, el deportista debe ser paciente y coherente, para conocer cuáles son sus niveles anteriores a la lesión y el nivel que paulatinamente volverá a demostrar en competición.